littlebylittle

2011

Es lo bueno de empezar en otra ciudad,puedes olvidarles,a todos ellos que hacían tu mundo cotidianamente monótono,predecible,lamentable.Volví para ver morir el año,para ver que la sociedad prefiere la regresión a la evolución,volví para ver como las personas que hace un año eran la cúspide del reggaeton,las motos de baja cilindrada trucadas,el macho alfa de la manada y el ron con cocacola,en los últimos seis meses se pasaron a Iván Ferreiro,Sabina y cía, a los niños de papá y al vozka con lima y en cuestión de unos dos meses son grandes dramaturgos,beben vino,leen literatura sudamericana,aprecian las pequeñas cosas de la vida como la buena música,el cine,los tíos con cerebro que antes les parecían unos tirados y que ahora adoran por sus aires alternatas,sus dilatas,piercings,cortes de pelo asimétricos,tatuajes o cualquier deje de personalidad alternativa a la suya por lo que se define en general como" estilo propio" y complementan su alma pseudobohemia con mágicos poemas en la lengua nativa grabados en su piel por que aporta un rollo muy espiritual.

ETIQUETAS,nunca han sido para mí,llevo 18 años escuchando la música que me ha dado la gana,leyendo lo que me ha dado la gana y emocionándome con el cine sin encasillarme,llevo toda mi vida adorando la versatilidad humana en todas sus formas y gestos y sobre todas las cosas apelo a lo realmente genuino sin necesidad de etiquetarme.

Puedes olvidarles a todos,incluso a ti misma si quieres y volver a empezar contigo en este nuevo año,allí donde el aire es más seco,donde es prácticamente imposible cruzarte con nadie al salir a la calle,donde no te queda otra que crecer sola pero incluso llega a ser algo que agradeces.Sola,sola,sola,sola,sola.. a veces pesa y mucho pero otras... resulta de lo más liberador.Volví para confirmar que mi ciudad no se pierde en el mapa en mi ausencia pero siempre estarán ahí esos personajes monótonos,predecibles y lamentables que siempre esperan tu vuelta para sorprenderte una vez más.Durante las primeras 48 horas en casa sufres el típico fenómeno de...me anclaré a mi cama hasta el fin de mis días y no me importa que madrugue el sol o que pasen los días,me levantaré al alba,ese oscuro amanecer donde el frío de la costa resulta realmente acogedor,me anclaré al recuerdo más infantil y me quedaré aquí,pero después te das cuenta de que lo echas de menos por que lo que tienes allí no se parece en nada a esto y eso es lo que te hace sentirte como en ningún otro sitio cada vez que te bajas de ese avión y ves mil tonalidades de verde y azul allá donde mires.Por eso al principio da vértigo pensar que te has ido, probablemente ni tú sepas cuál será tu próximo destino, pero pasados unos días vuelve a ser todo medianamente cotidiano,familiar y entonces piensas que no quieres depender emocionalmente de ese sitio,quizá lo más difícil sea encontrar el tuyo propio.Quizá puestos a empezar algo,podamos o debamos movernos y hacer lo impracticable,buscar nuestra república independiente,perdernos en cualquier calle,en cualquier punto geográfico,perderme en mí misma.