viernes, 6 de mayo de 2011
Ahora mismo en el cielo se suceden grandes resplandores en aumento, matemáticos espasmos de luces como las contracciones de un parto cuyo ritmo contabilizas por minuto con gran expectación.LO CONFIESO adoro las tormentas.
Abrir la ventana y quedarme en silencio,dejándome absorber por cada instantánea,la inmensidad del cielo cargado de electricidad,el momento previo a la primera gota,una mezcla de calma e insignificancia existencial,un cóctel de masoquismo que disfrutas sorbo a sorbo,sentirme tan pequeña frente al poder natural, contemplarlo a solas es...siento una paz indescriptible.
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Las tormentas son geniales! inspiradoras, reflexivas, emocionantes!
ResponderEliminarBuahhhh!!! me transmiten exactamente lo mismo. Tranquilidad, paz, inseguridad, belleza... y a su vez son salvajes y abrumadoras.
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