lunes, 27 de febrero de 2012
Aprender a decir NO.
Poco antes de venirme a Madrid,preparada para el cambio de aires,el cambio de vida y muy deseosa de mandar a tomar por saco muchas cosas de mi entorno cotidiano,decidí desaparecer de las redes sociales.Se supone que estas han sido creadas para el puro e insano cotilleo,seamos sinceros,el problema llega cuando la vida de los que te rodean no te interesa en absoluto y más cuando ese entorno se ha vuelto enfermizo y ajeno a ti con los años( que de abuela me ha quedado,... y es que solo tengo 19).El caso es que yo decidí cortar por lo sano y de un día para otro me borré de la pertinente red social en la que recogía a la mayoría de mis contactos,he de decir que al principio era extraño pero con el paso de los días fue liberador.Con mi llegada a Madrid pasé un verano de lo más out en el buen sentido obviamente,desconectando de todo lo vivido y preparada para emprender una nueva vida,ese fue mi verano más personal,el individual,en el que me replanteé cada una de mis batallas interiores,decidí a quién quería seguir conservando en mi vida incluso en la distancia,a los demás los mandé a la papelera de reciclaje muy decidida y orgullosa.Viví Madrid como una extranjera que llega para quedarse,mis días se resumían en ir a mis clases de dibujo en la Plaza Mayor(donde conocí a una de mis actuales imprescindibles) aquí,disfrutar de la angustia de no saber donde empezaría mi siguiente etapa estudiantil y pasarme las tardes o bien callejeando,conociendo mi próxima ciudad durante un tiempo incierto,o dedicándome solamente a mí.Ese verano fue importante para mí.
Hasta ahí todo bien,con el comienzo de curso me sentí tan libre que la sensación de todo lo nuevo que albergaba la capital llenaba mi insaciable curiosidad y mitigaba mi vértigo.
Una chica de 17 años recién llegada a la capital,tenía mucho por conocer,muchas personas,muchas experiencias y sobre todo mantener el puente de los 400 km que me separaban de aquellos que merecían la pena y me recordaban donde estaba mi hogar.Al empezar las clases inevitablemente me vi coaccionada a volver a las redes sociales si quería comunicarme de alguna manera con mis compañeros,así que después de sopesarlo mucho decidí hacerlo con la condición de solo tener ahí a mis imprescindibles de Vigo y a todos aquellos nuevos de Madrid.Y como era de esperar llegó el día en el que tímidas solicitudes de amistad provinientes del pasado fueron llegando a mi cuenta,como que no quiere la cosa,listas para atacar,gente con la cual todo contacto hasta entonces quedaba relegado a una pura formalidad y cierta indiferencia,no habían aportado nada a mí vida entonces,mucho menos lo iban a hacer ahora.He sabido denegarlas con bastante educación y dando las explicaciones justas,mucha diplomacia de por medio creedme jajajajaja,el caso es que hoy 2 años después y tras varios sucesos puntuales volvemos a las andadas y mi corazoncito se vuelve a encontrar en la disyuntiva de decir NO( Una que es una blanda),bajo la sospecha de que es mero cotilleo lo que esconde ese interés en contactar conmigo que otra cosa y pasar a la historia entre tus contactos,con el condicionante de tener que saber de la vida de gente que en realidad te resbala bastante o decir Sí y descubrir un milagro mayor que el de los panes y los peces y que esa gente haya cambiado y puedan aportar algo a tu vida.Sea como sea,una escéptica como yo nunca ha sido de dar demasiadas explicaciones que justifiquen una negativa,al fin y al cabo es tan sencillo como aprender a decir No.
Hasta ahí todo bien,con el comienzo de curso me sentí tan libre que la sensación de todo lo nuevo que albergaba la capital llenaba mi insaciable curiosidad y mitigaba mi vértigo.
Una chica de 17 años recién llegada a la capital,tenía mucho por conocer,muchas personas,muchas experiencias y sobre todo mantener el puente de los 400 km que me separaban de aquellos que merecían la pena y me recordaban donde estaba mi hogar.Al empezar las clases inevitablemente me vi coaccionada a volver a las redes sociales si quería comunicarme de alguna manera con mis compañeros,así que después de sopesarlo mucho decidí hacerlo con la condición de solo tener ahí a mis imprescindibles de Vigo y a todos aquellos nuevos de Madrid.Y como era de esperar llegó el día en el que tímidas solicitudes de amistad provinientes del pasado fueron llegando a mi cuenta,como que no quiere la cosa,listas para atacar,gente con la cual todo contacto hasta entonces quedaba relegado a una pura formalidad y cierta indiferencia,no habían aportado nada a mí vida entonces,mucho menos lo iban a hacer ahora.He sabido denegarlas con bastante educación y dando las explicaciones justas,mucha diplomacia de por medio creedme jajajajaja,el caso es que hoy 2 años después y tras varios sucesos puntuales volvemos a las andadas y mi corazoncito se vuelve a encontrar en la disyuntiva de decir NO( Una que es una blanda),bajo la sospecha de que es mero cotilleo lo que esconde ese interés en contactar conmigo que otra cosa y pasar a la historia entre tus contactos,con el condicionante de tener que saber de la vida de gente que en realidad te resbala bastante o decir Sí y descubrir un milagro mayor que el de los panes y los peces y que esa gente haya cambiado y puedan aportar algo a tu vida.Sea como sea,una escéptica como yo nunca ha sido de dar demasiadas explicaciones que justifiquen una negativa,al fin y al cabo es tan sencillo como aprender a decir No.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es importante saber decir NO cuando es necesario :D Me alegra que lo tengas presente!
ResponderEliminarA mi me pasa lo contrario,tengo que aprender ha decir que si.Aprendí ha decir no hace mucho tiempo :) Besos
ResponderEliminarYo no he llegado al punto de desaparecer del mundo 2.0, ni mucho menos, pero de vez en cuando hago limpieza. Dudo mucho que la gente de la que "me despido" tenga alguna duda de porque o se llegue a dar cuenta de que ya no estoy ahí...
ResponderEliminar