littlebylittle

No sé si es el haber venido con la ropa justa para días aun algo fríos en las mañanas y calurosos al mediodía y mi leve resfriado que han contribuído a que lleve 2 días reconciliándome con mi cama en la hora de la señora siesta,sumado a que necesito a determinada gente con la que hablar y no los tengo aquí,la taciturnidad se apodera de mí y solo me saca una sonrisa bastante escasa aquel poseedor de algún chiste malo.En mi vida me habría imaginado a mí misma cayendo rendida ante el nórdico en esas horas,pero llego de la academia 4 horitas entre papel ingres ,carboncillo,difuminos,máscaras,bustos,charlas con Ale e Igor mis primeros conocidos aquí en lo que ella llama el "pititime",cojo el metro,del que ya soy casi una experta,vuelvo a casa y como,no tengo fuerzas siento el peso y el dolor general,me estallan la cabeza y los oídos,el cuerpo me pide que me tumbe un rato y cojo a Moccia entre mis manos leo 4 o 5 páginas hasta que se me cierran los ojos,no lucho demasiado,caigo rendida y lo abandono,lo dejo caer al suelo o se queda conmigo bajo la manta,para cuando me despierte habré perdido hasta el marcapáginas,me olvido de todo,y aparece en mi mente mucha gente,gente corriente que conozco de cualquier sitio,con la que me he escrito, que me agrada y/o echo de menos.Sueño dulcemente y tan solo una hora después me despierto acalorada por dormir con una sudadera hasta arriba y tengo la sensación de haber vuelto a los cinco años,cuando la siesta era obligatoria,yo la odiaba y 15 minutos antes de la hora de levantarse yo me quedaba dormida,mi padre llama ahora a la puerta y siento como me dice que me ponga las medias y la malla para ir a clase de ballet.