sábado, 12 de febrero de 2011

Nuestra percepción del mundo es inexperta en esto de ser fieles a nosotros mismos,vemos anulados inconscientemente nuestros sentimientos más originales por unas tristes reglas escritas en ninguna parte,quizás alguien debería recordarnos de vez en cuando que somos libres para elegir,para elegir sin miedo a reproches,puede que veas algo que te haga cambiar,algo que en un instante te permita mutar por una extraña razón casi imperceptible e inexplicable,que te enseñe que la vida la escribes tú y tú eres tu propio guión y que no necesitas unas normas morales,sociales ni emocionales que justifiquen como debes sentir dentro de su lógica incircunstancial y de diccionario.

"Te envidio Donald ¿lo sabes? Me he pasado la vida paralizado pendiende de lo que la gente pensara de mí,y tú,tú no te enteras de nada.

- Claro que me entero.

- No,no lo entiendes,te lo he dicho como un cumplido. Recuerdo un día en el instituto,te miraba por la ventana de la biblioteca y hablabas con Sara Bolsh.

- Dios mío,estaba loco por ella.

- Ya lo sé,y tonteabas con ella...ella estaba encantadora contigo.

- Sí,me acuerdo.

- Y luego cuando te fuiste,empezó a reírse de ti con Kim Keretti y fue como si se burlaran de mí y... y... tú no tenías ni idea... parecías tan contento.

- Ya lo sé,lo sabía.

- Bueno y ¿Cómo estabas tan contento?

- Quería a Sara,Charles y ese amor era mío yo era el dueño,ni Sara tenía derecho a privarme de ese amor.Yo puedo querer a quien quiera.

- Pero a ella le parecías ridículo.

- Bueno,ese era su problema no el mío,uno es lo que ama no lo que le ama,eso lo decidí hace mucho tiempo
."



(El ladrón de orquídeas)

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