sábado, 9 de julio de 2011

La importancia de airear bien tu cama para evitar que las pesadillas aniden entre tus sábanas.
CAPITULO 1.


Hoy es un típico día gallego,más bien tópico, de esos que el resto de la península cree se dilatan todo el año en nuestro clima como si viviéramos en una nube salada al estilo show de truman donde el frío te golpea en la cara cada mañana y te pierdes entre la niebla. Pues siento deciros que esos son días especiales,por eso a los gallegos nos gusta tanto nuestro clima y esta tierra,días mágicos en los que se crearon leyendas o simplemente días sumamente apetecibles para hacer según que cosas, como quedarte en casa en pijama,escribir desde el calor de tu cama o ver una de esas películas creadas para ser vista solo un día como hoy.
Después de una segunda noche macabra consecutiva,de sueños atormetados,fruto de noséloqué o de irme a la cama con el buche lleno y ver una película sobre Jack el destripador (lo más adecuado para la hora del sueño),me desperté esta mañana con la lluvia resonando en el cristal tras la persiana de este octavo piso, completamente a oscuras, con un cúmulo de imágenes mentales que iban desde mis pesadillas hasta planes vacacionales-profesionales,cuando suavemente el sonido de la lluvia me envolvió,mientras una medio dormida continuaba hilando todas esas diapositivas,montando el preludio de una gran historia ambientada por días grises,ballet y una ciudad nueva,en un país con ese clima tan idílico para mí,entrañable pero nuevo,el olor de la humedad en el aire,un portal de película española en un barrio obrero,música... desde Tchaikovsky pasando por un poco de jazz y el ruido de fondo de la ciudad,una gran cristalera empañada por el invierno desde donde se observa la calle,el tráfico nocturno ,en un pequeño apartamento compartido de un bloque de tres pisos con un largo pasillo de deprimente aspecto de motel de carretera.Me limité a coger mi cuaderno de notas de inspiración y a encender únicamente la luz de la mesilla por aquello de no perder la esencia de lo que necesitaba plasmar en el papel,desayunando las sensaciones exactas de lo que querría desarrollar más tarde.
Oh sí.

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